Úlima Misiva enviada a:
Secretaria Francesa de la cultura y
Museo Oceanográphico de Monaco
Olga Duda Ostrowska
33 Rue Poussin
75016 Paris, France
Señoras, Señores,
La vida del nómada está hecha de encuentros fortuitos cuales trastornan el camino.
Este fue mi caso, con la civilización y el arte maya, desde el primer paso.
Instalada en primer tiempo en un pueblo de pescadores inaccesible para los coches y a la civilización, y empujada por el deseo de prolongar mi estancia y con la necesidad de proporcionarla, estaba considerando una solución a través de la fabricación de collares, con conchas particularmente notables en la región.
Fue entonces cuando la armonía de las formas, su delicada y misteriosa belleza se impuso a mi mirada de citadina. El gusto por la escultura ayudándome, empecé a limar, lijar, pulir las piezas más bellas, que poco a poco se convirtieron en adornos cuya forma se destacó, gracias a la ayuda de un joyero mexicano.
La venta de estas joyas, aseguró mi estancia y me permitió el ocio de dar tiempo al tiempo abriéndome al sutil lenguaje del mar. Me dediqué a ello, de 1974 a 1977.
Es durante mi segunda estancia en la tierra del Mayab (1984-1987) que han nacido estas figurinas presentadas hoy.
El conteo relacionado a la primera fase dio lugar a la sofisticación, al vestuario, a los sombreros, a las perlas medio preciosas unidas con coral, (una vaga referencia a la vida parisina de un pasado muy lejano), a través la imagen de diferentes culturas (Italia, España, África, Antillas, Asia).
Esto con el proyecto de hacer un espectáculo de ensueño, en testimonio de una fauna acuática y desconocida en Europa y hoy amenazada por la contaminación.
(En este sentido, señalo a su atención, respecto a la Península de Yucatán, que playas infinitas bañadas por el océano Atlántico y el mar Caribe, son invadidas por el aceite combustible – la pesca en el mar ha caído a un cuarto de su producción en veinte años, tortugas, corales, crustáceos y una gran variedad de conchas están en peligro de extinción).
La falta de medios financieros y la falta de conocimiento de la industria del entretenimiento han impedido hasta ahora, la realización de mi proyecto. Hasta la fecha, para seguir el proceso dialéctico, me parece necesario ante todo, hacer la síntesis e ir adelante con la tercera estancia, de la cual estoy esperando una nueva inspiración y un perfeccionamiento en el arte del agua.
Con el fin de evitar de vender mi producción a coleccionistas para asegurar mi supervivencia a medida que avanza la creación, para limitar la rotura por el uso de herramientas apropiadas, y para alquilar un taller adecuado para el almacenamiento, un apoyo financiero me es necesario hoy. Además, parece prudente exponer los a largo plazo, en un ambiente acuático, protegidos según el caso, por globos de cristal (debido a su fragilidad)
Original abajo
O.D.O nació justo antes de la Segunda Guerra Mundial, de padres inmigrantes polacos en Francia.
Después de haberlos perdido muy temprano, se casó joven, tuvo tres hijos y se divorció después de 10 años.
Justo después de su divorcio, trabajó durante varios años para el diccionario francés Paul Robert gracias al cual pudo perfeccionar su educación.
Nutrida por el diccionario, conferencias y reuniones políticas, asistía regularmente a un círculo cultural intenso y diversificado y se inició a las mundanidades parisinas de cuales se alejó rapidamente.
Se orientó entonces hacia el estudio apronfundido de la astrología que practicó durante cuarenta años.
Se fue a vivir a México en un pequeño pueblo pesquero maya sin agua ni electricidad, pero con una imensa playa desierta.
Fue allí donde recolectó cientos de pequeños trozos de conchas que acumuló sin saber porque sino para amaravillarse de tanta belleza nunca vista antes.
En este pueblo donde vivía desde entonces, las conversaciones eran limitadas, otro país, otra cultura...
Empezó a fabricar collares de conchas, para luego realizar la creación de sesenta y cuatro muñequitas que representaban su propio universo, incluyendo 17 personajes que se refieren a la cultura francesa como Carmen o Madame de Pompadour y a la mytologia griega con Ariane y Cylphide.
Es gracias a este arte único y hermoso que Olga pudó vivir unos veinte años sola en este pueblo, donde compusó un mundo mágico para sobrevivir a su aislamiento, que también pudó llenar a travès de sus planetas.
Hoy está enterrada en el cementerio de su pueblo.