En previsión de la creación de una producción de cine digital con sesenta y
cuatro personajes animados, escribimos este ensayo para ponerlos en escena.
También es posible desarrollar una novela a partir de esta hermosa leyenda.
¡Aviso a los aficionados! dixit Olga!
La Leyenda de "Las Ninfas de la Atlántida"
Odo era una niña de otro lugar, que había aterrizado allí en una hermosa mañana de luna llena, justo cuando los mares se desencadenan, los animales se esconden y las palmeras se asustan por el viento que los atravesa
En el momento exacto de la unión cósmica con los elementos que producen tanta agitación en la tierra, Odo surgió por el camino principal de este pequeño pueblo de pescadores.
Una niña de otro lugar
Llevaba un pantalón negro con una blusa negra de cuello redondo y dos nudos en el cabello.
Era rubia y flaca, y la gente de la aldea la vio caminar esa mañana preguntándose de dónde podría venir esta niña rubia de ojos claros, ¡ Todos ellos siendo morenos !
Ella sonrió a todos y caminó hasta la playa como si supiera exactamente a dónde iba ...
Caminó mucho tiempo, a veces mirando el mar, a veces las gaviotas, a veces las dunas...
Iba derechito cuando un anciano apareció a lo lejano, caminando hacia ella.
Un poco sorprendida pero sin miedo, ella le permitió acercarse a ella, y él se presentó extendiendo su mano:
-“Don Augusto”, muy amablemente
Era sorprendente conocer a alguien en esta playa desierta...
Parecía venir del fondo de los tiempos...
Muy delgado, alto, rasgos finos, su cabello era blanco brillante y de sus ojos emanaban una luz única. A su mirada, cada uno saltaba adentro de su propio corazón sintiéndose lleno de amor.
- "Hola", respondió Odo, sonriendo con sus bonitos y pequeños dientes.Después de darle la bienvenida, Don Augusto le contó una extraña leyenda y la llevó de vuelta al pueblo, agarrándola de la mano. Odo se sintió amada y protegida y no entendió ni cómo ni por qué, pero fue bien agradable. ¡Llegaron con doña Delfina, la nieta de don Augusto,ya abuela que les abrió los brazos!
Todo parecía estar orquestado al segundo...
Doña Delfina, que parecía desconocer la presencia de su abuelo, dió la bienvenida a Odo como otra niña pequeña para criar y no hizó preguntas.
Así, nunca se supó de donde venía, pero fue aceptada rápidamente en el pueblo porque era un infante.
Poco a poco se involucró en hacer todas las actividades de una niña de su edad en este pueblo, pero siempre en silencio.
Solo se conocía su risa, que brotaba como un sol calentando a todos los que la rodeaban.
Se ausentaba todas las tardes para caminar sola en la playa y traía pequeños trozos de conchas que llenaban toda la casa.
Odo no entendía el maya y aún que solo estaba sonriendo con ternura, los aldeanos la recibían con placer pero nunca le pedían nada...
Hay que decir que estos nativos practicaban el arte de la paciencia y la serenidad.
Una noche, sin embargo, regresó de la playa con el mismo brillo en sus ojos que Don Augusto, quíen no se veia nunca...
Algo había sucedido...
En la Playa
Se acercó por primera vez al niño de la familia que tenía su edad y le pidió con gestos que le enseñará su idioma...
Jess, que era tan pequeño como ella, con su cabello y sus ojos negros, la miró deslumbrado. ¡ El !
¡ Era a él a quien se dirigía por primera vez !
¡Fue él quien tuvo el privilegio de hablar con ella mientras todos se contentaban con mirarla como una muñeca frágil y misteriosa y sonreírle, saludándola durante meses!
Se levantó de su hamaca donde estaba sentado, y tan rápido como un relámpago, la tomó de la mano para salir al jardín en frente de la casa para mostrarle las flores y nombrarse las.
Encantada, Odo recibió su primera lección de maya y continuó cada día un poco más...
¡ Ya no se dejaron el uno al otro ! ¡ Cada uno había encontrado a su amigo !
La estaba esperando para que la ayudara a cargar los galones de agua que tenían que regresar del centro de la plaza, donde estaba el único grifo de agua corriente del pueblo.
Le mostró los pedacitos de tallos qué debían recoger para hacer el fuego y calentar el agua para cocinar el maíz. Caminaban por el pueblo y Jess nombraba cada cosa, cada palmera, cada hoja, y ella cerraba los ojos con cada nueva palabra como si estuviera concentrada en tragar cada sonido.
Odo estaba progresando rápidamente y ahora podía hablar con la gente del pueblo que la apreciaba.
Entonces el amor compartido que ella buscaba floreció en ella para poder revelar su secreto.
Al amanecer de esa mañana, Odo, sin decir una palabra, comenzó a reunir todos sus pequeños trozos de concha que estaban cuidadosamente colocados a lo largo de las paredes de la casa.
Luego, se sentó frente a su gran caja de cartón, permaneció mucho tiempo con los ojos cerrados como si fuera una oración, los abrió de nuevo y comenzó su larga y emocionante creación.
Se tomó un día entero para hacer aparecer su primer personaje, al que bautizó de inmediato "Salido de la nada"...
¡ Así que todo el pueblo se reunió a su alrededor, esperando explicaciones frente a tanta belleza e imaginación !
¿ Qué sabía ella ?
Impresionada por tanto interés por su pequeña ninfa, ella reveló su secreto y les contó la leyenda de las "Ninfas de la Atlántida".
El Juicio
- "¡La luna llena todavía estaba alta en el cielo estrellado cuando POSEIDON paseaba, loco de rabia y literalmente rojo de ira !
Había preferido salir de su palacio y venir a buscar a sus hermanos en el Monte Olimpo donde el Consejo disciplinario debía atender su llamada, pero esta vez en un pequeño comité...
Solo DIONISIO "el nacido por segunda vez", en buen compañero de las ninfas, había llegado, por sorpresa como siempre, con una taza de néctar en la mano y acompañado por su esposa.
Así que esta vez Ariane estuvo más que involucrada... ¡ Ella había sido la instigadora de esta aventura !
ZEUS, Hades, conocido en ese momento como "el invisible", pronto apareció su esposa Perséfone, hija de Zeus y AFRODITA.
Y comenzó el juicio:
El Veredicto
¿ Cómo se atrevieron, a hacerle semejante afrenta ?
¡ Cómo podían estas Oceanides creer que cualquier cosa y todo les era permitido !
¡ Las reglas estaban claras !
¡ En ningún caso, debían enfrentarse a un humano !
Nérée, el "viejo hombre del mar" y padre de las Nereidas, la procesión de Poseidón, estuvo presente en la escena.
¡ Estas dos imprudentes se presentaron ante dos mortales en una costa lejana atlántica !
Dioniso intentó sin éxito minimizar los hechos, pero no había nada que hacer, las ninfas de la Atlántida fueron condenadas a un terrible castigo.
Un castigo ejemplar !
¡ Estarían condenadas a vagar por el océano y sus caras serían borradas y sus cuerpos dislocados en pequeños pedazos hasta que un corazón completamente puro entre los hijos de los mortales, quiera reconstituirlos descubriendo y pronunciando sus nombres ! ¡ Pero nunca encontrarían sus caras !
- "¡ Pero es imposible! "¡Sylphide dijo en voz tan aguda que todos se volvieron hacia ella !
Poseidón la fulminó de la mirada y declaró:
"- ¡ Será la tarea de Nérée ! - "
¡ Ayudarlas a encontrar a este enfante con corazón puro para recuperar vuestra identidad " !
- "Y ahora esto basta !"
Poseidón golpeó su tridente en el suelo !
Y los rostros de las ninfas presentes en la sala comenzaron a desvanecerse...
La Atlántida comenzó a desaparecer para siempre, había comenzado un gigantesco terremoto.
HADES tenía miedo de ver colapsar la bóveda del inframundo...
Nerée, estaba absolutamente encantado ! Finalmente, era encargado de algo divertido!
Solo Ariane, entre la multitud implicada, Proserpine, Cybel, Cascabel, Dulcinea, Ines, Ophelia, Pythonisse y Sylphide que estuvieron presentes en el anuncio de la sentencia, permanecieron serenas.
Todos se estremecieron con pequeños gritos de asombro al tocar su cara, que ya era solo una pequeña pelota...
Con un salto, se lanzó a través de una ventana cercana a las nubes circundantes y aterrizó llena de esperanza en el mar Egeo, para comenzar a tirar de su hilo nuevamente y mantener el contacto con las ninfas que aún estaban conmocionadas, pero que habían conservado su dono esencial de poder metamorfosearse...
Poseidón dio la espalda, y se fue de un paso decidido y seco !
Se levantó la sesión.
Hubó muchos murmullos sobre la severidad de la sentencia, pero ninguno pudó solucionarlo.
El Dios de los mares tenía todo poder sobre su reino...
Hubo un gran silencio...
Intentaban entender, visualizar, integrar lo que estaba sucediendo.
¡Y las ninfas se dispersaron para siempre!
- Odo ? Preguntó Jess. ¿ Eres tú la niña del corazón puro ?
Odo se echó a reír, asintió inclinando su cabeza, y confió su primera creación a la abuela que estaba sentada frente a ella, antes de correr hacia la playa, tan rápido que los aldeanos se quedaron estupefactos y atontados por todo lo que acababan de escuchar.
De donde venía ella ¿ Cómo sabia todo esto a su edad ? ¿ Quién le contó esta historia ?
¿ A dónde iba a la playa ? ¿ Y si fuera verdad ? ¿ Y nosotros en todo esto ?
Todos se fueron a casa con una serie de preguntas en su cabeza, lo suficiente como para sentirse ocupados.
Como todos los niños dormían en la misma habitación, cada uno en su hamaca y los padres dormían al lado, en una pequeña habitación contigua, todos se acostaban al mismo tiempo con el sol y, a veces, el sueño tardaba mucho en llegar. Pero hoy, tenían nuevos sueños...
Y fue el tema del día y la noche durante muchos meses mientras Odo todavía estaba en proceso de creación, sentada con las piernas cruzadas en un rincón de la habitación, para colocar sus pequeños trozos de conchas que se transformaban gradualmente en un personaje que le tomaba toda su atención, como si estuviera tan ocupada con su misión que no podía ver a nadie alrededor.
¡ Ella siempre supo exactamente sus nombres, y también sus propias historias !
¡El ambiente en el pueblo no había sido tan alegre y animado durante mucho tiempo, como si el hecho de que sucediera allí mismo, hubiera abierto de repente un nuevo horizonte !
Así que fueron elegidos para recibir a esta niña especial y esta idea les daba una nueva razón colectiva de vivir un nuevo sueño.
"¿ Elegidos por quién ?" Preguntaba Jess...
Y cada uno mantenía su respuesta con ojos brillantes, como si todos la conocían en lo más profundo de su corazón...