Por lo que puedo recordar, siempre he sido una rebelde en el alma!
¡No importa cuántas veces intenté de sentar cabeza con el deseo de cambiar las cosas, la rutina retomaba cargo de manera inexorable, en un momento o otro..!
Ya, muy pequeña, ni siquiera con cinco años, me escapaba con mi padre, para ir a ver las bombas lloviendo por los aliados en el norte de Europa …
Incluso en el internado del convento polaco donde crecí, ya era la oveja negra de las hermanas.
Lo tuve todo, lo vi todo ... Casinos, Riqueza, Autos Deportivos, Viajes, Amor, Niños, Grandes Hoteles y Grandes Restaurantes y por lo tanto …
¡Siempre tuve que volver a empezar desde cero!
Para mis diez y seis años después de la muerte de mi madre, mi padre ya había muerto, aun que se había escapado milagrosamente de los campos de concentración siendo resistente, pero fallecido un año despues de su regreso, huí del convento hacia París, para vivir con mi con Wanda mi hermana mayor.
Es donde encontré mi futuro esposo con quien tuve mi primer hijo y mis gemelos. Tenía diez y nueve años cuando tuve mi primer hijo y me casé con un hombre que amaba …10 años más tarde ya con una actividad profesional muy fructuosa y desbordante que ejercía con mi esposo, lo encontré, una tarde de invierno, en nuestro magnifico apartamento del distrito 16°, en nuestra cama con otra mujer!
¡Mi sangre de polaca dió la vuelta! ¡Agarre mi cepillo de dientes, y dejé todo el resto, hijos incluidos para ir hacer la revolución!También dejando todo el dinero acumulado en la caja fuerte de nuestra habitación!¡Fue el día justo antes de Navidad!
Después de hacer una gran fiesta de durante varias semanas, con un grupo de estudiantes, me tocó vivir en una habitación del sexto piso, (en todos los edificios selectos de Paris, existen cuartos con baños para alojar el servicio, en el sexto piso) al preciso momento de la revolución del mayo 68 en la que participé con gran convicción.
La revolución terminandose, tuve que encontrar trabajo y no tuve más remedio que ir a vender los libros de mi cuñado, dueño de una grande casa de Edición, tocando puerta a puerta...
Durante el episodio de las barricadas, me había enamorado de un gran y hermoso oriental con quien descubría otra cultura y me dedicaba a estudiar la astrología que me abró los ojos inesperadamente.
Finalmente, me pude mudar en un apartamento de tres habitaciones de una de las grandes torres de la estación de trenes Montparnasse, una jaula para conejos, donde podia al fin recibir a mis tres hijos.Y de nuevo, una gran desesperación me invadió …
Cinco años pasarón...
Sobre el consejo de mi hermana mayor, compré una buhardilla en el último piso de un edificio en el distrito nueve que modifique en un hermoso dúplex.
Menos de un ańo despues en el nuevo apartamento listo, mientras me enamoraba de una encantadora mujer quien frecuentaba como yo a un grupo de artistas de “Chez Michou”, con quienes pasamos noches inolvidables, especialmente en mi dúplex del noveno piso, tuve una pelea muy fuerte con mi hermana al trabajo y…
Una vez más, lo abandoné todo!
Esta vez, en companía de mi nuevo amor y de su changuito, mi hija y nuestros dos gatos Puceau y Clitoris, nos fuimos hacia México que no conocía…, Adiós a la vida parisina, su dinero, sus créditos y su luz y su futuro.
¡Para nuevas aventuras!
¡Qué alivio! Al despegar del avión, me di cuenta de que esta puerta se había cerrado para siempre!
Nuestra llegada a la capital mexicana fue folclórica. Casi imposible de encontrar un hotel que aceptará recibirnos con nuestra colección de mascotas!
Terminamos en una habitación del hotel Edison en el centro de la ciudad, que tenía un pequeño patio de concreto donde podíamos dejar a nuestros gatos, quienes se hacían muchas preguntas, como vagar en semi-libertad y Mali el Changeo en su jaula, que de hecho tenía el desagradable hábito de masturbarse todo el día.
Después de una buena semana en este hotel, pasamos algunas semanas con un amigo de los padres de Lea. Habíamos dejado a los gatos y al mono con mi hija y fuimos Lea y yo a comprar una vieja camioneta Chevrolet verde en la frontera de Laredo.
Al regreso, encontramos un apartamento decente en el barrio de "Chapultepec", en el "Edificio Condesa", un edificio muy bien atendido, en un distrito central de la capital al lado del bosque de Chapultepec.
Encontramos trabajo con una modista francesa que exportaba vestidos mexicanos tradicionales y pasaron otros 3 meses… Pero yo no me sentía feliz, entonces nos fuimos de la Ciudad de México, ni siquiera 6 meses después de nuestra llegada, para ir a visitar el país.
Pusimos en la camioneta las tres maletas, las dos guitarras, los gatos, el mono, un colchón grande en el suelo, un brasero (una especie de estufa de carbón) y nosotras tres adelante. Y la aventura mexicana comenzó al volante de una camioneta registrada en Texas con mi hija de 14 años, mi novia de veinte y seis y yo de trenta y seis... Estábamos en 1974 ...
Nuestra placa del coche era americana y no nos ayudó para nada a ser bienvenidas, incluso nuestras cabezas rubias quienes despertaban la curiosidad de los locales que nos veían cruzar sus pueblos ... Muchos locales nunca habían visto extranjeras, y todavía menos en pantalones cortos y camisa sin sostén!
Quedaban boca abierta mientras estábamos lejos de imaginarnos que los chocábamos al más alto nivel. Nos dimos cuenta de ello muchos años después … Las mujeres estaban furiosas y los hombres estaban encantados ...
Viajamos 2000 kilómetros, parando aquí y allá, antes de llegar a la costa caribeña, en plena construcción de Cancún, que en lengua maya significa "Nido de serpientes". Era un pueblo muy pequeño con un pequeño mercado de verduras y frutas bajo un largo techo de cartón negro.Y algo extraño pasó!
Debído a un camión que transportaba trabajadores al aire libre, apilados como ganado en camiones para animales, para ir a construir hoteles ... Fui transportada a mis 4 años observando a mi padre parado en un vagón de ganado para ir a los campos, capturado por los alemanes ... Escena de la que nunca me había recuperado y que había resurgido instantáneamente.
El trauma había salido en ese momento y después de muchos dramas y llantos, decidimos ir al otro lado de la península. Fue el descubrimiento de Yucatán! Merida, Progreso y el pueblo de Chelem primero para descubrir luego Chuburna Puerto! Una lugar totalmente mágico con una población de morfología pequeña, con un acento muy pronunciado, y hablando maya!
Después de insistir durante un mes , uno de los pecadores aceptó alquilarnos una choza de paja con un techo de palma ... ¡ Había ganado!
¡Finalmente iba a vivir cerca de una inmensa playa de unos treinta kilómetros absolutamente desierta! Así comencé a descubrir conchas marinas maravillosas nunca vistas en mi continente y así empezó mi gran historia de amor con este pueblo yucateco.
Duró cuarenta años, durante los cuales me apasione del mar y de sus riquezas. Descubrí todos estos pedacitos de conchas que guarde por años antes de hacer collares, luego hice otros viajes siendo astrologa, antes de regresar para crear mis maravillosas muñequitas, otros viajes y al fin el ultimo para terminar mis días en este puertito donde descanzo ahora.